PRESENTACIÓN FESTIVAL

Crónica del pasado año (por Pablo Gómez)

Mañana calurosa y placenteras expectativas a nuestra animosa llegada a Infantes...

La expedición desde Ciudad Real se había organizado en dos vehículos de manera pragmática, atendiendo a las franjas etarias y talla moral de sus ocupantes: los miembros más antiguos del club, Títere y Webmaster, en un coche, en el otro el hermanísimo y sus sempiternos adláteres, Torvicio y Carlitos.

Haber salido con cierta antelación sobre la expedición juvenil no fue, como cabría esperar, garantía de éxito de una llegada más temprana a nuestro destino, habida cuenta de la propensión del piloto a no prestar demasiada atención a los consejos, en este caso vestidos con piel de advertencia, sobre el cambio de ubicación del lugar de juego, y suficientemente publicitado en nuestra página web. Esto se tradujo en una visita previa al pabellón municipal de Infantes, donde, inesperadamente, nos encontramos con Juan Carlos, quien se quejó de tener que arbitrar un partido de baloncesto, al parecer, de limitada calidad técnica.

No tardamos en reemprender la marcha y costó poco encontrar la sala de juego, puesto que la organización del evento, con Antonio a la cabeza, había tenido el detalle de entretenerse en  llenar todo el pueblo con los clásicos cartelitos con flechas.

Ya en el pabellón correcto, todo parecía estar dispuesto para que diera comienzo el festival. Sólo algún cartel a medio caer, pegado en la pared con celo e inocencia a partes iguales, parecía indicar que faltaba algún retoque de última hora, lo que quedó constatado cuando percibí que Javi desplegaba sus dedos índices para algo más que señalar una torre y, junto a sus pulgares, hacía pinza para ayudar a colocar las piezas en los tableros. En este ínterin, tuvo a bien aparecer por allí De Vega, de quien siempre guardo buen recuerdo de nuestras coincidencias por tierras benasquesas, y cuyo único defecto conocido es su excesivo amor por las matemáticas. Arbitraría los diferentes eventos, como ya es habitual, David Cruz.

Como aún faltaba media hora para que diera comienzo el espectáculo, accedimos gustosos a la invitación de Lord a desayunar con su persona, sin perder nunca la formación, cual si del antiguo ejército romano se tratase.

Llegados a este punto, debemos hacer un breve inciso para recordar que el match por equipos de este festival, que se juega por la mañana, ha ido evolucionando a lo largo de sus distintas ediciones. Si en la primera de ellas se disputó un único match con dos equipos y en la segunda tomaron partido cuatro clubes, para este año se contaba con la participación de ocho selecciones distribuidas en dos grupos, que jugarían una liga a una vuelta (tres partidas), más un cuarto encuentro final de cruces entre grupos para dilucidar la posición definitiva en el campeonato. Salvo los dos primeros equipos del ranking, que tenían obligación de quedar encuadrados en grupos distintos, la distribución del resto de integrantes de cada grupo se realizó por sorteo puro, quedando emparejado el Zugzwang en el que, a priori, parecía el grupo más duro. El ritmo de juego de este torneo era de 20 minutos más 5 segundos por jugada, tiempos que quizá haya que replantear en ediciones posteriores para disponer de un mayor margen de maniobra para absorber imprevistos que puedan afectar a los horarios programados.

En lo que se refiere al aspecto deportivo, para no entrar en escabrosos detalles clasificatorios, que pueden consultarse en la web del torneo, y en aras de ser lo más eufemístico posible, diremos que hemos tenido torneos mejores. Puntuaciones entre 0,5 y 1,5 puntos sobre 6 tableros en las tres primeras rondas (un escueto promedio del 15% de los puntos, que se dice pronto) dan fe de ello. A nivel particular, encuentros duros contra Espinosa, Gago y Torvic, con tres roscos consecutivos (as known as “triciclo”) que, quizá en otro estado de forma, hubiese podido atenuar de alguna manera. En nuestro descargo debemos decir que el nivel general de los equipos era alto, por lo que sólo pudimos quitarnos el mal sabor de boca deportivo en el cruce con nuestro filial, Excombatientes, quien tampoco debió de tener un torneo fácil, por lo que ambos equipos cerramos la clasificación en séptimo y octavo lugar, respectivamente. El torneo se lo llevó, de forma convincente y solidaria, el club Excalibur, quien logró una solvente victoria en el encuentro final sobre Tomelloso, a quien superó por 5 a 1.

Con cierto retraso sobre el horario previsto por la organización (cosas del directo), nos escapamos a comer, eso sí, distribuidos en dos grupos y hacia dos locales diferentes, dado que 50 jugadores difícilmente cabrían en un único restaurante, salvo que éste disponga de menú de  boda. Tras el desastre deportivo de la mañana, era el momento propicio para poner en práctica uno de los principios que según Boris Zlotnik conducen al éxito: “importante vino en comida”. El segundo consejo del gran entrenador “importante no perder”, trataría de aplicarlo por la tarde.

La falta de comunicación entre los comensales de ambos restaurantes y la dirección del torneo desembocó en un malentendido que, unido al retraso en el servicio en uno de los locales, propició que algunos jugadores llegasen a la primera partida de la tarde con algunos minutos de menos en su reloj. Nuestras disculpas.

Del torneo infantil poco puedo decir, dado que no tuve la oportunidad de seguirlo de cerca. Me sigue llamando la atención que, a edades tan tempranas, el número de jugadores siga siendo tan significativamente superior al de jugadoras (sólo un 15% de féminas). Por otra parte, si bien es cierto que la amplitud del pabellón permitía una mejor gestión de las necesidades de esparcimiento de los más pequeños, recordé con nostalgia aquella primera edición en la que, pese a que anduvimos más apretados (y limitados de excusados), el bullicio de los chavales se entremezclaba con el del resto de jugadores del torneo de tramos e, inconvenientes y algún que otro tropezón aparte, la sala de juego cobraba más vida.

Pero entremos en materia. Acudía yo al torneo por tramos de elo mostrando cierto alivio, y sin ningún rubor en mis mejillas, por no haber quedado encuadrado en el primer grupo, lo que suscitó algún que otro comentario injurioso hacia mi persona por parte de mi Presidente (según él, una mera adjetivación de la realidad observada). A pesar de que mis obligaciones me impidieron participar en el torneo del año pasado, guardaba un duro recuerdo de mi paso por el grupo de los top en la primera edición, y este año me apetecía jugar un torneo, no volver a asistir a una lapidación. Todo ello me ha valido, recientemente, el cariñoso apelativo de “cervatillo”, por mi proclividad a la velocidad y mi carácter huidizo.
El ritmo de este torneo era de 8 minutos más tres segundos por jugada, una cadencia engañosa porque no permite dormirse en los laureles con algún que otro cálculo refinado pero tampoco desplegar el juego especulativo de una partida de 3 minutos.

Partía de número dos del ranking de mi grupo, si bien dado que mi estado de forma actual no era muy allá, presentía un torneo tranquilo, y me marqué como doble objetivo quedar por la mitad de la tabla y ganar el enfrentamiento fratricida del grupo. No obstante, inesperadamente, me encontré en el arranque del torneo con dos victorias consecutivas en las dos primeras rondas ante el último y el primer clasificado por ranking, respectivamente, lo que a nivel anímico marcó en mí una tendencia positiva para el resto del torneo. A grandes rasgos, mi torneo en este grupo discurrió de la siguiente forma, por rondas:

Por su posible interés, muestro la misma:
 
                       Posición tras 21. Dh4
La partida continuó de la siguiente forma:
21…Cf5
22. Df6 Txd4 (más fina y difícil de ver era 22…Td6)
23. Cxf7

                      Posición tras 23. Cxf7
Y aquí lo correcto hubiera sido:
23…Txc4
24. bxc4 Dc7
25. g4 Dxf7
26. Dxf7 Txf7
27. gxf4 Txf4

                         Posición tras 27. Txf4
Llegándose a un final compensado con calidad de menos del negro a cambio de un peón de más.

En su lugar, la partida transcurrió con la siguiente secuencia de errores mutuos, propios de las partidas de ritmos rápidos:
23…Ad7?? (era necesaria la comentada 23…Txc4)
24. Txd4? (24. Ch6 ganaba directo)
24…Dxd4?? (mejor era 24…Txf7 25. Dxf7 Rxf7 26. Txd7+ aunque con ventaja blanca)
25. Ch6 1-0

                     Posición tras 25. Ch6

La clasificación final del grupo quedó de la siguiente manera:

Puesto

Nombre

Puntuación

1

Pablo Gómez Peco

7,0 ptos

2

David Gómez Peco

6,0 ptos

3

Bio Lara Granero

5,5 ptos

4

Iván Moreno Valero

4,5 ptos

5

Oleksandr Khudov

4,5 ptos

6

Jorge David García Gata

4,0 ptos

7

Ángel Carlos López Quevedo

4,0 ptos

8

Fernando Arauz Alonso

4,0 ptos

9

Miguel Ángel Pozuelo Arenas

3,5 ptos

10

Noel López Paniego

2,0 ptos

Por lo que respecta al grupo de las superestrellas, la media de elo habitual de este grupo supera los 2.200 puntos (este año 2.285) lo que hace de éste un torneo muy duro y competido, lo cual queda refrendado en el hecho de haber tenido tres campeones distintos en las tres ediciones disputadas y que la primera ronda comenzara con la derrota de los dos cabezas de serie, Ángel y Víctor, ante los dos últimos del ranking, Emilio y José Ramón, quienes además conducían las piezas negras.

La apuesta deportiva de este grupo la puso, en el café de la mañana, nuestro Presidente, quien lanzó directamente su pronóstico contra las espaldas de uno de los participantes, quien a su vez, seguramente por no contradecir al anfitrión, se limitó a cumplir las expectativas de éste.

El torneo lo ganó José Vicente con 7 puntos, aventajando al campeón del año pasado, Ángel, en un punto y al campeón de la primera edición, Carlos, en dos puntos.
El desempeño de los restantes miembros del club Zugzwang fue diverso:

En resumen, un entretenido día de ajedrez con un formato distinto al acostumbrado, que año tras año va evolucionando en la búsqueda de mayor originalidad por lo que, a pesar de la existencia de algún que otro error organizativo, debo agradecer a Antonio su esfuerzo y dedicación por sacar adelante este torneo.

Por mi parte, espero con impaciencia la llegada de la cuarta edición, a pesar de que planee la sombría y velada amenaza de la organización de ascender a los ganadores de la tercera edición al grupo superior en la cuarta edición, lo que nos plantea algunos interrogantes, como por ejemplo: ¿habrá grupos con jugadores de menos elo que el grupo inmediatamente inferior?, ¿los últimos de cada grupo descenderán también al siguiente?, y lo que es más importante, ¿contra quién jugará Jovi?...

 

ATRAS